Hasta la mitad de noviembre un total de 48 niños habían muerto por armas de fuego, seis más de lo registrado en todo 2023. La mayoría de ellos —un 85%— víctimas de disparos aleatorios, según un informe elaborado por la Defensoría de la Niñez.Considerado un país seguro, el panorama cambió drásticamente en los últimos cinco años cuando el estallido social, la pandemia y el flujo migratorio abrió paso al crimen organizado y las bandas delictivas.